Melody Fables
Renaciendo entre Notas: La Historia de Lucas y Julia en un Mar de Recuerdos Musicales
En una ciudad donde la música vibraba en cada rincón, un joven llamado Lucas se encontraba atrapado en un laberinto de recuerdos. Cada noche, mientras las luces de neón parpadeaban y la gente danzaba dispuesta a olvidar sus penas, él se sumergía en el clamor de la multitud. La música resonaba fuerte, la energía era palpable, y, sin embargo, su corazón se sentía vacío.
Recientemente, había pasado por una separación dolorosa. La memoria de Julia, la chica que había robado su aliento, siempre regresaba. Ella era como una melodía ligera, una vibración que lo envolvía y lo hacía soñar. En una ocasión, se había imaginado escribiéndole, dejando atrás el miedo que lo mantenía congelado. Pero las trampas del amor nunca se mostraban da fácil sortear, y así, se había quedado callado, dejando que el tiempo hiciera su trabajo.
“Ella durmió al calor de las masas,” pensaba mientras el sonido de Coldplay llenaba el ambiente. Las letras de las canciones pisaban sus recuerdos, recordándole que, aunque ella ya no estaba a su lado, el eco de su risa aún resonaba en su mente. Lucas sentía que su amor era como “música ligera”, algo que, aunque hermoso, se había desvanecido en el aire. “Nada nos libra, nada más queda,” murmuró, sintiendo que esas palabras llevaban un peso que caía sobre él como una sombra.
Una noche, rodeado de amigos y con unos vasos de luz, el destino decidió intervenir. En medio del bullicio y el calor, tras una canción, la voz de Julia resonó en el fondo. Lucas se giró, y allí estaba, tan radiante como siempre. Los recuerdos lo inundaron: las risas, las caminatas, los secretos compartidos. Sin pensarlo, se acercó, su corazón latiendo al ritmo de la música, queriendo aprovechar esa chispa de conexión.
“¿Por qué no me escribiste?” le preguntó Julia, sonriendo con un destello de diversión en sus ojos. Lucas sonrió, sintiendo una mezcla de alegría y melancolía. “Porque nunca supe si el amor era suficiente,” respondió con sinceridad.
“¿Qué tal si lo intentamos de nuevo? Sin cenizas de rosas, solo música,” sugirió ella, ofreciéndole una nueva oportunidad. Lucas asintió, sintiendo un renovado sentido de esperanza. Había muchas cosas que habían quedado atrás, pero había una segunda informalidad en el aire, y él estaba listo para abrazar aquello.
Mientras la música continuaba, los acordes de la noche les recordaban que, aunque el pasado era un eco, el futuro estaba lleno de posibilidades. "Gracias a Soda Stereo," pensaron simultáneamente, comprendiendo que en el mundo del amor y la música, siempre hay otra oportunidad para escribir una nueva letra. Aquella noche, entre risas y promesas, Lucas y Julia decidieron que, juntos, seguirían creando su propia sinfonía.